Sobre el mundo virtual y sus banalidades

Es impresionante el nivel y la expansión de hoy en dia de las llamadas "redes sociales virtuales" (llamese Facebook, Fotolog, etc.) pero no voy a hablar acerca de la distorsión linguistica y cultural que provocan estos elementos, si no del fenomeno estructual social que genera. Creo que la pregunta real sería: ¿Realmente estos fenomenos de internet son realmente redes sociales? es decir, que aportan realmente a un verdadero avance en las relaciones interpersonales entre los individuos?. Verdaderamente me impresiona el nivel de "morbo" e "hiperventilación" que tienen estas plataformas. A fin de cuentas, a quien realmente le interesa lo que hace o lo que está haciendo la otra persona? ya sea que se haya integrado a una "causa virtual"(cosa que me parece en extremo risible), o que pregone que va a tal o cual panorama, etc. PATETICO.
Si nos detenemos a analizar la "relación" entre las personas en Facebook, por ejemplo, todo se limita a una mera imagen; es posible enviar desde un "beso virtual", pasando por bebestibles, regalos varios, etc(no me fue posible seguir investigando en ese tema, demasiado repulsivo..); que se desprende de esto? Una real y total homogeneización y mutación negativa de lo sensitivo y emocional.
Por lo menos para mí, sigue siendo completa y absolutamente valorable el vinculo presencial entre individuos, prefiero conversar e interactuar con otro ser mirandolo a los ojos, observando sus gestos, posiciones, muletillas, movimientos, es decir, su lenguaje verbal, corporal y energetico, que me entrega mucho más que una vacía interacción virtual llena de banales objetos y en la que prima la forma y no el contenido.
Me podrán llamar anticuado, anti-tecnologico, y cuanto concepto y etiquetación prefieras, pero creo que aún existe gente como yo, que desea y añora un mundo real y no uno virtual.
Y claro está lo más importante de todo: que ya este "mundo virtual" ha dejado de ser virtual para muchos y pasa a ser a secas SU MUNDO, ya que pasan la mayor parte del día y casi por impulso natural, a estar literalmente "pegados" a su entrada a ese mundo de bellezas con grietas y amistades de cartón.